miércoles, 29 de octubre de 2008

Freddy el malo

El lunes el ministerio del interior, comandado por Alfredo Pérez Rubalcaba, retiró la escolta al ex–presidente de la AVT, la víctima de ETA Francisco José Alcaraz.

Recomiendo leer la carta abierta que Carmen, la esposa de Alcaraz, ha dedicado al excelentísimo señor ministro.

Si Alfredo Pérez Rubalcaba creyese en Dios –que me da que no–, estaría ahora rezando para que ningún lobotomizado por la campaña de acoso y derribo orquestada desde el gobierno contra este hombre, se le ocurriese agredirle. O peor aún, que “los malos” –ETA– recuerden en el pellejo de Alcaraz con quiénes se jugaban los cuartos en la negociación. Porque si alguna de estas desgracias ocurriese no pediríamos la dimisión del ministro, ni su cese, ni el exilio, sino que le empujaríamos a gorrazos hasta la frontera y no le permitiríamos volver nunca. Que viviese el resto de su existencia en el exilio como un apestado.

Hay que recordar, que lo realizado por el gobierno de España contra este ciudadano español, por el simple hecho de no estar de acuerdo con la política de negociación con ETA y movilizar a sus conciudadanos en contra de dicha política, es la típica campaña nazi de deshumanización previa a su exterminio. Al igual que en la Alemania de los años 30, el gobierno primero convierte a su enemigo en un algo atacable, le califican de ser infame, de malvado, en definitiva, le convierten en un ente no humano. Y una vez deshumanizado, transmutado en animal, en un ser cuya sola presencia es el mal, culpable de que no vivamos en un mundo mejor, está preparado para ser eliminado, es más, su eliminación será la solución a nuestros males. Esto es lo que hicieron los nazis con los judios, después el exterminio no tuvo resistencia porque era bueno y necesario.

Señor Ministro:
¿Está garantizada la integridad del ciudadano español Francisco José Alcaraz?